ESTAMPAS GUERRERAS:
LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA DESDE LA MIRADA CINEMATOGRÁFICA
I - EL CINE DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939)
a. El cine anarquista
Como es sabido, el anarquismo tenía mucho peso en toda Cataluña cuando estalló la guerra, y la sublevación nacionalista fue aplacada en buena medida gracias a las fuerzas anarquistas. Desde el Comité de Milicias Antifascistas, creado el 21 de julio de 1936, la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y la FAI (Federación Anarquista Ibérica) organizaron la defensa de Cataluña y la autogestión industrial (4). En esta política colectivizadora, el cine no fue ignorado. La CNT incautó las 116 salas de cine de Barcelona y alrededores desde el Sindicato Único de Espectáculos Públicos (SUEP) creado en 1930, y creó el Comité Económico de Cines (CEC). El gran desafío que implicaba para la CNT-FAI poner en funcionamiento los principios colectivizadores que venía profesando desde hacía más de veinte años, y hacerlo en medio de una guerra recién desatada y contra los impulsos centralizadores del gobierno y de las organizaciones marxistas estalinistas, fue afrontado con la mayor altura y con plena seguridad y confianza, gracias a la manifestación espontánea de los trabajadores catalanes. Los comités locales de obreros, cuyos miembros eran elegidos por asambleas generales, pasaron a controlar las industrias, a menudo asesorados por técnicos o ingenieros especializados. Las empresas se autofinanciaban, los salarios eran generalmente unificados, y el Comité de Milicias Antifascistas (que contaba con mayoría de la CNT y la FAI, pero también incluía a representantes de la UGT, la Esquerra Republicana, el PSUC, Acció Catalana, Unió de Rabassaires y el POUM) ejercía una influencia mayor que la propia Generalitat.
En este marco, la CNT tuvo el control de los cines, y a través de una inteligente política autogestionaria (que caracterizó a todo el período de la colectivización industrial) y de las temáticas abordadas en las salas (que respondían a los intereses de los trabajadores), generó un incremento del público (del cual formaban parte los propios obreros y milicianos) a los cines que resultó en importantes ingresos, y esto posibilitó, además de generar recursos para el frente, sacar a flote a la industria cinematográfica (5).
Así se creó también SIE Films (Sindicato de la Industria del Espectáculo), la productora y distribuidora más importante del anarcosindicalismo español, y sin dudas una de las más importantes de España en el período de la guerra. Fue esta firma la que produjo la inolvidable película “Aurora de Esperanza” (1937), dirigida por Antonio Sau. Considerada un precedente del neorrealismo europeo, esta película de larga duración cuenta con maestría la historia de un obrero cuya fábrica cierra y emprende junto con sus compañeros una marcha del hambre. Protagonizada por Félix de Pomés, Enriqueta Soler, Ana María Campoy y “Chispita”, esta película ejemplifica claramente la otra revolución llevada adelante por los anarcosindicalistas en el cine: el reemplazo de la frivolidad del cine burgués por una apreciación realista de los problemas sociales de los obreros. Por primera vez en la historia del cine español, los trabajadores ocupaban el centro de la pantalla, y eran sus inquietudes, sus preocupaciones y sus puntos de vista los que daban forma al guión. Sin dudas en ello y en la impecable labor técnica y artística invertida, residió el éxito de “Aurora de esperanza” y su aceptación entre el público. Quizás sin la misma calidad, pero con iguales intenciones, se destacan otras películas como “Barrios Bajos” (1937), otro precedente del neorrealismo europeo, esta vez dirigido por Pedro Puche, y que relata los avatares de un abogado defensor de los derechos de los trabajadores que asesina al amante de su esposa y busca refugio en el cafetín de un estibador, en donde también buscará refugio y trabajo una joven doncella de un marqués que huye del hogar de su patrón luego de sufrir un intento de violación por parte de éste; “Nosotros somos así” (1936), mediometraje musical escrito y dirigido por Valentín R. González, que se centra en la vida de unos niños que se reúnen en casa de uno de ellos para realizar números artísticos (teatrales, musicales, poéticos) y que son constantemente despreciados por un niño rico de familia noble y conservadora cuyo padre es además espía de los nacionalistas y es descubierto por los republicanos, quienes a punto de sentenciarlo a pena de muerte, por intercesión de los niños en actitud humanitaria y “republicana” sólo lo condenan a prisión; “Nuestro culpable” (1937), otro film musical, esta vez dirigido por Fernando Mignoni, que trata con ironía y humor sobre los aparatos policial y judicial de la sociedad burguesa y su puesta al servicio de intereses totalmente ajenos a un verdadero ideal de justicia; y algunos otros films que no se han conservado pero que, según la crítica de la época, fueron obras de gran calidad que tuvieron considerable éxito, como las comedias “Paquete, el fotógrafo público número uno” (1937) de Ignacio F. Iquino, y “¡No quiero, no quiero!” (1938) de Francisco Elías (esta última, adaptación de la obra de crítica social de Jacinto Benavente, que curiosamente fue estrenada en Madrid en 1940 y circuló por España cuando ya habían vencido los nacionalistas).
Pero dicha revolución en el arte cinematográfico se puede percibir también en las películas documentales, que rescatan las imágenes directamente tomadas de la calle, de las fábricas, del campo o del frente. Este proceso puede ser visto también en Madrid, donde la CNT también produjo algunas películas y dio nacimiento a las firmas Spartacus Films y FRIEP (Federación Regional de la Industria de Espectáculos Públicos, nombre que tomó el Sindicato Único de la Industria de la Cinematografía y Espectáculos Públicos de Madrid -SUICEP- luego de su reorganización en 1937).
Como explican Elena Calvo y Pablo Nacarino, “la colectivización del cine fue una nueva forma de entender el arte radicalmente opuesta al sistema burgués y capitalista. No hubo unidad de criterio en el proceso creativo, el dogmatismo no se instaló entre bastidores ni detrás del objetivo, y el séptimo arte incorporó una nueva forma de reporterismo al echarse con las cámaras a la calle para rodar lo que ocurría a su alrededor. Se había puesto en marcha la movilización popular para contar lo que veía su mirada y los mensajes surgían como contrainformación. La información del pueblo sustituía a la del poder” (6).
Algunas de las películas más significativas producidas por los anarcosindicalistas entre 1936 y 1938 (de las más de 100 realizadas, la mayor parte lo fue entre julio de 1936 y mayo de 1937; luego de la represión comunista de mayo del ’37 en Barcelona, el cine anarquista, como toda su obra constructiva, se vería mermado), y que se han conservado hasta nuestros días, son las siguientes (7):
- “Reportaje del movimiento revolucionario en Barcelona” (1936), producido por la Oficina de Información y Propaganda de la CNT-FAI, es el primer reportaje de guerra realizado durante la guerra civil. Las imágenes fueron rodadas por Ricardo Alonso en Barcelona desde el 19 al 23 de julio de 1936, y a partir de allí el periodista Mateo Santos realizó la dirección y edición definitiva. Muy improvisado y lleno de imágenes crudas (muy valiosas como documento histórico), este documental de 22 minutos rescata los momentos de exaltación en los cuales el proletariado se organizó bajo la bandera rojinegra para hacer frente al alzamiento nacionalista y, victorioso, puso en práctica los principios federativos de la colectivización anarquista. Mediante la presentación de cómo se comenzó a formar la columna Durruti, este film deviene el precedente lógico de los cuatro documentales de los Aguiluchos de la FAI producidos por el SUEP.
- “Aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón” (1936), producida por SUEP, es una colección de cuatro cortos documentales (reportajes de guerra) que retratan en tono triunfalista el accionar de la columna Durruti en tierras aragonesas desde julio hasta octubre de 1936, tanto en lo que refiere a la actividad bélica como a la labor colectivizadora. Entre fines de 1936 y comienzos de 1937, los anarcosindicalistas también produjeron cinco documentales que continuaban la labor de los cuatro recién mencionados, y que se centraban en los sucesos de la defensa de Madrid desde noviembre de 1936. Titulados “Madrid tumba del fascio”, apenas han sobrevivido algunos fragmentos de cuatro de dichos reportajes.
- “Barcelona trabaja para el frente” (1936) es el siguiente encargo hecho por la CNT a Mateo Santos, luego de que dirigiera el “Reportaje del movimiento revolucionario en Barcelona”. Se trata de un documental de 23 minutos sobre el funcionamiento del Comité Central de Abastos, organismo creado por la CNT para administrar el abastecimiento en Barcelona y en el frente de Aragón, y que se ocupó además de la producción de este reportaje de propaganda. Muy en la línea de los anteriores reportajes, éste en particular no pudo sin embargo ser exhibido a raíz de la suplantación, en octubre de 1936, del Comité Central manejado por la CNT por el Departamento de Abastos de la Generalitat.
- “El entierro de Durruti” (1936, aunque algunos autores proponen 1937), reportaje producido por el SUEP, es quizás el primer film (o al menos uno de los primeros) dedicado a uno de los personajes sobresalientes de la guerra civil. Las versiones sobrevivientes son apenas fragmentos de la película original, pero alcanzan para demostrar la importancia de la figura (como militante y como símbolo) del cenetista Buenaventura Durruti, herido de muerte en el frente de Madrid en noviembre de 1936, y homenajeado como un héroe popular en las calles de Barcelona. Las imágenes de la multitud siguiendo el cortejo fúnebre son de un dramatismo perturbador. En 1937 también se produjo “20 de noviembre”, un documental realizado por Ángel Lescarboura y SIE Films que rescata los homenajes realizados a Durruti a un año de su muerte.
- “¡¡Ayuda a Madrid!!” (1936), corto documental producido por SIE Films y en apariencia dirigido por Félix Márquet, que presenta imágenes capturadas del Madrid bombardeado y asediado de fines de 1936 alternadas con escenas de ayuda y transporte de víveres, y carteles de la CNT con leyendas de solicitud de ayuda para Madrid, cuyo objetivo era claramente hacer un aporte a la campaña de apoyo a Madrid. “Solidaridad!”, “Muera el fascismo!” y “Ganar la guerra y la revolución!” (en contraposición con el principio comunista de “primero ganar la guerra”) son las consignas que dirige la CNT-FAI al público obrero. Imágenes crudas y planos inteligentes resultan en un efectivo film de propaganda solidaria.
- “Bajo el signo libertario” (1936) es otro documental corto, pero, a diferencia de los anteriores, mezcla el tono documental con escenas de ficción. Dirigido y escrito por Les (Ángel Lescarboura) y producido por el SUEP, reconstruye la exitosa defensa de Barcelona contra la sublevación nacionalista, y el avance de las columnas anarquistas hacia el frente de Aragón. A partir de ella, refleja la vida en las zonas colectivizadas por la influencia de la CNT-FAI, y la actividad bélica de las columnas anarcosindicalistas, así como la integración de los milicianos en la vida social de los pueblos.
- “En la brecha” (1937) es un cortometraje de ficción realizado por SIE Films. Dirigido por Ramón Quadreny, este film narra la vida (en tono idealizado) de los obreros partícipes de la colectivización industrial, del funcionamiento de los comités y de la toma conjunta de decisiones mediante delegación pero con base en las asambleas obreras. Utiliza algunos recursos muy interesantes, como la presentación de distintos tipos de accionar organizativo en un mismo despacho (la toma de decisiones en tono despótico y con intereses explotadores del antiguo propietario de la fábrica, contrastando con la “actual” situación revolucionaria en la cual se discuten los planes e ideas para organizar la producción en función de las necesidades de los trabajadores), o como el mismo comienzo de la película, capturando la actividad incansable de las hormigas de un hormiguero y luego fundiendo esta imagen con la actividad en el sindicato de la CNT. Si bien es un cortometraje de propaganda, excesivamente idealizado, no deja de ser una magnífica pieza fílmica.
- “División heroica” (1937) es un documental de 18 minutos producido por SIE Films que, siguiendo el ejemplo de otros films anarcosindicalistas de la época, entremezcla escenas de ficción para recrear los sucesos en el frente de Huesca, donde a comienzos de 1937 las milicias anarcosindicalistas combatieron con fervor por la causa antifascista.
- “El frente y la retaguardia” (1937), cortometraje producido por SIE Films y dirigido por Joaquín Giner, al igual que “División heroica” combina escenas filmadas en crudo en la retaguardia (las industrias y las tareas en el campo organizadas según los principios de la colectivización) con imágenes ficcionadas de combate en el frente de Aragón. Su objetivo propagandístico no le quita mérito ni a la producción técnica ni al argumento y guión creados por Ramón Oliveras y Carlos Martínez Baena.
- “Fury over Spain” (1937) es un documental de alrededor de 50 minutos realizado por SIE Films, escrito y dirigido por Juan Pallejá y Louis Frank, que tiene una particularidad: está compuesto de imágenes de distintos reportajes y documentales que abarcan desde antes de iniciada la guerra (mostrando la situación de la República) hasta la primera mitad del año 1937, mostrando de manera resumida todos los sucesos importantes de la guerra civil desde la perspectiva anarquista, todo ello comentado en inglés por Louis Frank para su distribución en Estados Unidos por la Modern Film Corporation.
- “La silla vacía” (1937) es un corto de ficción dirigido por Valentín R. González y producido por SIE Films, que narra la historia de un joven (interpretado por José Pal Torre) que sentado en la silla de un café en Barcelona, ve a algunos mutilados de guerra y decide inscribirse en las milicias antifascistas que combaten en el frente de Aragón. Aquí se suceden escenas del frente y de la retaguardia, hasta que el joven protagonista es herido de muerte y, antes de morir, alienta a aquellos que no trabajan en o para el frente, a que se unan a la lucha (en una escena que nos recuerda a cierto cartel propagandístico de Lorenzo Goñi realizado para UGT-PSU, en el cual un combatiente herido nos pregunta “i tu? que has fet per la victoria?”). Es entonces cuando la cámara vuelve a tomar la silla que, en el café de Barcelona, quedó vacía.
- “Amanecer sobre España” (1938) es otro documento importante que se ha conservado, en este caso en cuatro versiones. Se trata de un mediometraje producido por SIA (Solidaridad Internacional Antifascista) y dirigido por Louis Frank, que expone la situación de desigualdad y opresión sufrida por las clases trabajadoras durante el gobierno republicano antes de que estallara la guerra, y los logros conseguidos mediante la actividad revolucionaria de los primeros meses de la guerra, todo ello empleando imágenes de documentales, reportajes y escenas ficcionadas realizadas por SIE Films y Spartacus Films.
De todos modos, no podemos dejar de mencionar algunos films que, si bien no se encontraron y probablemente en muchos casos ni siquiera se conservaron (debido a la situación de guerra y a los cuarenta años de dictadura franquista que impidieron que estos films gozaran del cuidado y la preservación necesarios, cuando no fueran destruidos abiertamente), tuvieron en su momento una importancia inobjetable: “Prostitución” (SIE-1936) dirigido por Feliciano Catalán; la serie “Estampas Guerreras” (SUICEP-FRIEP-1936) dirigida por Armand Guerra; “¡Así Venceremos!” (SUICEP-FRIEP-1937) dirigido por Fernando Roldán; “Olivos y Aceite” (Spartacus Films-1937) dirigido por Adolfo Aznar y Antonio Polo; “Manifiesto de la CNT-FAI” (1937); el noticiario “Momentos de España” (Spartacus Films-1937/38) del cual sólo se conserva la edición número 5 de diciembre de 1937; “Castilla de liberta” (FRIEP-1938) dirigido por Adolfo Aznar.
Augusto Gayubas
Marzo 2007
Notas
(4) Augusto Gayubas, “La experiencia anarquista: colectivizaciones en España (1936-1937)”, Odiseo: Rumbo al Pasado 3, 2001 (reproducido en CNT http://www.cnt.es/sagunto/index_archivos/Page1111.htm).
(5) Ramón Sala y Rosa Álvarez, “Cine: bombas y fantasía. Tres años de producción cinematográfica”, en Hugh Thomas, La Guerra Civil Española, Madrid, Hyspamerica-Urbión, 1979, vol. VI, pp. 124-150.
(6) Elena Calvo y Pablo Nacarino, “La producción cinematográfica anarquista en la revolución española”, en CNT/AIT, Cine y Anarquismo. 1936: colectivización de la industria cinematográfica, http://www.cnt.es/Documentos/cineyanarquismo/prod_cine_anarq_36.htm.
(7) Para una enumeración más detallada y completa, véase: Alfonso del Amo, Catálogo General del cine de la Guerra Civil, Madrid, Cátedra/Filmoteca Española, 1996; CNT/AIT, Cine y Anarquismo. 1936: colectivización de la industria cinematográfica, http://www.cnt.es/Documentos/cineyanarquismo/home.htm.