jueves, marzo 22, 2007

ESTAMPAS GUERRERAS: LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA DESDE LA MIRADA CINEMATOGRÁFICA

I - EL CINE DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

En el período 1936-1939, el cine producido en el bando republicano aventaja por mucho (en calidad y en cantidad) al cine del bando nacional. Muchos atribuyen este hecho a que los grandes estudios y laboratorios estaban situados en Madrid y Barcelona, ambas ciudades controladas por los republicanos. Sin embargo, y dado que los nacionalistas recibían la para nada insignificante ayuda de los estudios, laboratorios y personal de Alemania, Italia y Portugal, el motivo debe ser buscado en otra parte (sobre esto ampliaremos en el apartado dedicado al cine nacionalista).

Si bien al estallar la guerra, algunas productoras se preocuparon por concluir obras iniciadas anteriormente, lo que caracteriza al período es la puesta al servicio de las organizaciones políticas, de las productoras preexistentes, y sobre todo la creación de nuevas y fugaces firmas creadas o incentivadas por partidos y sindicatos y por el gobierno republicano, la Generalitat en Cataluña y el ejército fascista (de acuerdo con Ramón Sala y Rosa Álvarez, las firmas de mayor envergadura –CIFESA, Diana, Selecciones Capitolio– ocuparon sólo un 25% de la producción total durante la guerra, y no contaron con el apoyo del público) (2).

En la zona republicana, lo que se ve es un “ejército de operadores, que se distribuyeron por toda la zona republicana, recogiendo en sus cámaras los acontecimientos más destacados. Miles de metros de película virgen fueron utilizados durante estos primeros días para elaborar los llamados “reportajes de guerra”. La mayoría de las organizaciones obreras, al igual que el gobierno de la República o la misma Generalitat catalana, conscientes de la decisiva incidencia del cine en la creación de estados de opinión, se apresuraron a poner en pie los organismos encargados de dirigir y controlar este primer movimiento cinematográfico, bastante espontaneísta y no siempre al cargo de objetivos muy concretos” (3).

Estos “reportajes de guerra” serían los primeros testimonios cinematográficos de la guerra civil española, muchas veces incluidos en documentales más largos que pretendían registrar y difundir lo que acontecía en los distintos frentes y en la retaguardia.

Las dificultades de abastecimiento propias de una situación de guerra, afectaban también a la producción y distribución cinematográfica. Aun así, tal era la importancia adjudicada a dicho medio que se dedicaron ingentes esfuerzos para que continuara funcionando y produciendo.

En este sentido, la labor de los anarcosindicalistas de la CNT en Barcelona es el más claro y admirable ejemplo.

Augusto Gayubas
Marzo 2007

Notas
(2) Ramón Sala y Rosa Álvarez, “Cine: bombas y fantasía. Tres años de producción cinematográfica”, en Hugh Thomas, La Guerra Civil Española, Madrid, Hyspamerica-Urbión, 1979, vol. VI, pp. 124-150.

(3) Ramón Sala y Rosa Álvarez, ob. cit., p. 129.

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